domingo, 15 de diciembre de 2013

Basada en una historial real pero no tanto. La manta azul celeste.

Recorrí el pasillo rápidamente, con el camisón largo revoloteando alrededor de mis tobillos, hacía frío,eran las tres de la madrugada, y apenas se podía ver nada en el interior de la casa, una pálida luz que entraba desde fuera, tal vez la luna, tal vez un faro, no lo sé, pero protegida por la oscuridad de la noche, me adentré en la estancia de la doncella, que dormía plácidamente junto al niño. El niño, ese niño, querubín hermoso, que me había arrebatado todo el amor de mis padres, Madre ya no me quería, me odiaba, yo era un estorbo, una molestia para ella. Desde el momento mismo de su nacimiento, ya solo tenía ojos para el niño. Y Padre, mi adorado padre ya apenas me escuchaba, no me hablaba, no me veía, yo siempre había sido su niña favorita, su pequeña princesa, hasta que nació el niño. Ese niño, el deseado, el adorado, el idolatrado por todos.Lo odiaba con todo mi ser. El niño aun dormía , envuelto en su manta azul celeste, cuando lo saqué de su cuna y salí precipitadmente de la habitación, mientras la doncella roncaba suavemente en la cama de al lado. Caminé deprisa, sin hacer ruido, estaba muy oscuro. Llegué al salón, apenas se podía distinguir en la oscuridad la forma de las sillas y la mesa del comedor. Crucé la estancia y llegué hasta la ventana que daba al patio, salí afuera con el niño en brazos. Hacía frío, la escarcha cubría la hierba del camino que bajaba hasta el río. Iba descalza, mis pies helados apenas notaban el suelo. El niño se despertó, comenzó a llorar, y cubrí su boca con la manta azul celeste, hasta que el llanto cesó. El frío era cada más intenso, sentía mis pies helados como si mil cuchillas me atravesaran la piel. Llegué al borde del río, el barro me cubría ya los tobillos, manchando mi camisón blanco bordado a mano, la suciedad me repugnaba, el niño pesaba mucho, era grande para sus cuatro años de vida. Entonces se despertó y chilló, chilló con todas sus fuerzas, lo tiré al suelo y lo golpeé con una piedra, lo tomé entre mis brazos y lo lancé al río envuelto en su manta azul celeste, pero la manta se había enredado alrededor de mis pies helados, el suelo resbaladizo me hizo perder el equilibrio y la fuerza del río nos arrastró a los dos, y juntos nos hundimos en las aguas heladas del río que corría junto a la casa. Fin.

5 comentarios:

  1. juaaaaaa, qué cuento. Todo se paga en esta vida. entretenido, me lo leí en un segundo. sigamos leyendo

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  2. Guau, el odio lacerante de los celos que termina mal, muy mal... Muy bueno, Nico! :-)

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  3. Inspirado en el asesinato de Road Hill, en realidad al niño lo arrojaron a una fosa o retrete quehabía en el patio. Ella no ingresó en prisión, pero por si acaso sus padres la mandaron a un convento. Cinco años despues del crimen, ella le confiesa a la monja superiora su crimen, se abre el caso y la condenan a 20 años. Cuando sale, se va a vivir a Australia, con su hermano. Y murió a la edad de 104 años.

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  4. que bueno..me acorde cuando yo escuchaba como lloraba en la noche mi hermana recien nacida,( yo tenia 5 anios) y mama y papa ni bola...entonces yo con todo el amor de hermana mayor me levante a oscuras, era Junio, y un viento de pelicula soplaba por la casa, que era una casa colgada en el aire, como un volantin,, me acerque a la cuna, la cogi en una manta y me la lleve a la cama..ella se quedo dormida tranquila y yo tambien en la manana mi senti gritos de mi mama, La nina Lanina..y yo le dije aqui la tengo..y eso basto para que se aprovechara de ni y la cuidara siempre..jajajaja asi son las mamas..

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