domingo, 29 de diciembre de 2013

De los que envenenan el aire. Segunda parte.

En mi época, el siglo pasado, cuando un caballero abría la puerta dejaba pasar a las damas primero, ahora ya no es asi, vivimos en un mundo donde las puertas se abren solas, y hay que salir rápido antes de que te atropelle la masa humana. Los que envenenan el aire pueden ser cualquier cosa, excepto ser un caballero, abren la puerta y no esperan a que pase delante la señora mayor con su bastón, o la joven con la sillita, noo,eso era antes, Los que envenenan el aire abren la puerta y salen los primeros, y si la puerta se te cierra en las narices, ah, no es culpa mía, es la puerta que está mal. Por supuesto.
En mis tiempos, volvemos a dar un paso de gigante hacia atrás,en una casa había un solo teléfono, en mitad del pasillo, con un cable rizado, y se llamaba y se sigue llamando teléfono fijo porque te quedabas ahi fijo, parado, hablando por teléfono sin moverte del sitio hasta que se terminara la conversación, y punto.  Ahora existen los móviles, te puedes mover mientras hablas, pasearte por toda la casa, hablando,bla bla bla, cambiando cosas de sitio, y cada habitante de la casa tiene el suyo propio, no hay que esperar para usar el teléfono, y tambien existen los teléfonos sin alambre, para no sentirte atado a un teléfono (hoy en día, no estamos atados sino que vivimos pegados al teléfono, ya forma parte de nuestro cuerpo). Pero el ser humano no está hecho para hacer dos cosas bien a la vez, hablar y caminar, una de las dos, saldrá mal, por narices. Los que envenenan el aire hablan por su móvil y pasean por la casa, desde la cocina, recorren el pasillo, bla bla bla, hasta llegar al salón donde el resto de la familia disfruta de una buena película en la tele, y siguen hablando por el móvil, ji ji ja ja, se paran delante de la tele, el grito y las quejas del resto del grupo familiar es recibido por parte del envenenador con un ligero pasito hacia la derecha, se aparta pero sigue hablando, mientras la película sigue su curso, y sus diálogos se pierden con el blabla del envenenador del aire familiar.
 Fíjense ustedes mismos cuando vayan paseando por la calle, la cantidad de personas que se detienen a hablar por el móvil, no pueden hacer dos cosas a la vez, se detienen, giran, vuelven a girar mientras hablan,  apagan el móvil, se detienen, no saben hacia donde se dirigían por la cantidad de giros que han dado. En fin, el ser humano es y será siempre un zoquete en manos de la tecnología, que evoluciona más rápido que nuestro cerebro de primate. Continuará.....


5 comentarios:

  1. que bueno., te felicito ;hay tanto toxico, lo unico que queda de tiempos antiguos es el toxico,,siempre el mismo jeton, no cambian..son los que revuelcan en el barro todo progreso tecnologico..

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  2. Envenenar el aire y, a la vez, hablar por móvil sí que debe ser difícil... Todo un mérito para esos giles, jaja! ;)

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  3. lindo relato. termine con tos asmatica de tanto toxicomano que pululan por el puto mundo

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    1. los asmáticos vayan a toser a otro lao por favor.
      seguro que más de uno se ha sentido identificado, si es así, no era mi intención. Todos envenenamos el aire, incluída yo misma. Un saludo,

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